Celebramos con inmensa alegría y esperanza el logro de las compañeras argentinas por la conquista del derecho al aborto legal, voluntario, seguro y sin causales. También, lamentamos que sean pocos los países en el mundo en los que el acceso al aborto sin restricciones sea es legal.La experiencia de Argentina nos invita a pensar la situación de nuestro país, donde tenemos la Ley 21.030 de despenalización del aborto en tres causales, que reduce el acceso a este derecho a un pequeño número de personas y deja a la deriva a cientos de mujeres que se practican abortos en la clandestinidad. Necesitamos comprender que el aborto es una práctica existente desde siempre, a pesar de las prohibiciones. Las mujeres han sido sometidas a políticas estatales insuficientes a la hora de ser reconocidas como sujetas de derecho. A ello, se suma la falta de políticas educativas que incorporen la sexualidad como un elemento fundamental en la vida de las personas. Mujeres a lo largo de la historia han luchado por la conquista del aborto comoun derecho que reivindica la autonomía sobre los propios cuerpos. La falta de garantías para el ejercicio de este derecho sin exclusiones por parte del Estado, amenaza el principio de indivisibilidad en materia de derechos humanos. Las respuestas han de ser trabajadas de manera integral, con una mirada educativa que logre situar a toda mujer como agente activa de su sexualidad, con pleno conocimiento de sus derechos y opciones. Apostamos a que las políticas públicas en materia de población y planificación familiar deben de estar orientadas en considerar a las mujeres como sujetas de derecho en primera instancia, para no trasgredir sus Derechos Sexuales y Reproductivos. Consideramos sumamente necesaria la Educación Integral de la Sexualidad (EIS), puesto que esta no solo permite generar procesos de enseñanza/aprendizaje en materia de sexualidad, sino también incluir una serie de temáticas indispensables al momento de la toma de decisiones en torno a la salud sexual y reproductiva, vale decir, permite que la mujer, sujeta de derecho, reciba la atención en salud que merece para lograr igualdad de condiciones, recibir información, compartir experiencias y tomar decisiones  en libertad, con plena dignidad.

Débora Solís, directora ejecutiva de Aprofa.

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