Poco a poco ya está pasando la fiebre avasalladora de los gritos populares “Constitución queremos” El tiempo con su paso cansino va atenuando las pasiones y  nos vamos dando cuenta de lo que se requiere para ello :  Su procedimiento, su mecánica, etc. Los postulantes  han debido sortear los requisitos, y el gran anhelo manifestado por la inmensa mayoría de que los independientes deberían ser los encargados de discutir la carta fundamental, se fue perdiendo en pocos meses. Y, no podía ser de otro modo. En democracia, los canales de participación ideológica son los partidos políticos y las normas  están establecidas por ella desde hace tiempo. No podemos, los verdaderos independientes concentrarnos en un gran estadio y allí elegir entre todos a los 155 candidatos.  Tampoco en el plebiscito se nos preguntó que debíamos reservar escaños a un grupo de chilenos de “pueblos originarios” como se les califica. Pero, el mundo es así y seguirá siendo así. Todos queremos gratis salud, educación, vivienda, salario digno, sin establecer todavía que es lo digno y muchas otras cosas más. Es natural que lo deseemos, pero para eso hay que elaborar leyes que lo regulen y establezcan el financiamiento correspondiente; en caso contrario, es letra muerta.  ¿De donde saldrán los recursos para financiar todo eso? Es la pregunta del millón. Como se financia un estado, es la segunda pregunta. Hay otras que cada uno de uds, mis queridos lectores se hará al leer este artículo. Tengamos tranquilidad y veamos que pasa en las deliberaciones y conclusiones  que deberemos votar SI o NO, al final del proceso en un nuevo plebiscito. Me dice un gran amigo y ex parlamentario. Ahora la vocación por el servicio público, es mínima, ya se fueron esos tiempos. En estos momentos pesa más “la pega” y el resto ya vendrá. Será así? Les dejo esto para vuestra reflexión. Mientras tanto y con paciencia, revisare los nombres para ver por quien voto.

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