Cada 7 de agosto, pese a no estar marcado de manera particular en ningún calendario, es una jornada especial para miles de hombres y mujeres a lo largo y ancho del país, que comparten el orgullo y la vocación de ser servidores públicos anónimos, en su condición de dirigentes sociales. Esta fecha no podía ser más propicia, ya que ese día, pero de 1968 se publicó la Ley N°16.880 sobre Juntas de Vecinos y demás organizaciones comunitarias, que supuso un notable estímulo al desarrollo del tejido asociativo en el mundo popular.Esto, sin duda, cimentó que nuestros dirigentes se volvieran agentes de cambios y mejoras en sus territorios. Hoy, tenemos una sociedad cada vez más empoderada, activa y dinámica, que exige y defiende sus derechos adquiridos, y eso es resultado ineludible de lo hecho por cientos de miles de líderes y lideresas comunitarias y territoriales, que han trabajado por desarrollar sus comunidades y se han esforzado por el fortalecimiento de sus organizaciones.El gran trabajo que ha requerido este cambio de paradigma, sin duda merece una celebración. Es por esto, que para festejar el Día del Dirigente Social y Comunitario y que, este año, quisimos entregar un pequeño, pero significativo reconocimiento a más de 100 dirigentes representativos de los diversos ámbitos del trabajo social de la región de Coquimbo.Hoy nuestro rol como Gobierno es dotar de mayores herramientas a los dirigentes. Es por ello que nuestra Presidenta Michelle Bachelet creó el Consejo Nacional de Participación Ciudadana y Fortalecimiento de la Sociedad Civil, como una forma de reforzar el involucramiento de la ciudadana en desarrollo del país y, así, generar una propuesta de reforma a la Ley N°20.500 sobre Asociaciones y Participación Ciudadana.Es que la participación de la ciudadana, en el quehacer público, está en el centro de la preocupación del Gobierno, porque Chile no es Chile sin el aporte de sus dirigentes sociales.

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