En los últimos días hemos visto una disminución en la cantidad de contagios por Covid-19 en la Región de Coquimbo. Son buenas noticias. Sin embargo, no podemos bajar la guardia. Salir de la cuarentena implica una serie de desafíos o responsabilidades. 

No basta con que las autoridades refuercen sus controles o que los alcaldes tengan que endurecer sus multas, es necesario que cada uno de nosotros haga un esfuerzo. Salir de la cuarentena es algo que esperamos todos, y lo importante es que no nos pase lo de otras regiones que han tenido que dar un paso atrás.

Pero ahora que finalizan las Fiestas Patrias los chilenos también centraremos nuestra mirada en el plebiscito que decidirá si se aprueba o rechaza una nueva constitución. Como lo he dicho, creo que la creación de una nueva constitución no está dentro de las prioridades que hoy requiere el país.

Tampoco está en condiciones de instalar un “congreso paralelo” en que tendrá 155 nuevos constituyentes con un costo que bordea los $2.700 millones de pesos. Necesitamos que esas cifras sean transparentadas por quienes han impulsado este proceso.

Con la situación económica actual que atraviesa el país producto de la pandemia, no es necesario una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución. Siempre he dicho que es necesario hacer cambios en nuestra Carta Magna, sin embargo, ello se puede y debe hacerse desde el Congreso. 

Hay que tener en perspectiva que Chile es un país que cambió. Desde octubre a la fecha somos un país más pobre, con más desempleo y menos inversión. En el actual escenario no se justifica este gasto millonario, considerando que esos recursos se deben ocupar en los más necesitados, como también recuperar el empleo y las pymes, que forman parte de las prioridades que necesita nuestra gente y el país. 

Debemos tener disponibles la mayor cantidad de recursos para volver a poner en funcionamiento a nuestro país. La única forma de volver a crecer es fortaleciendo a las pequeñas y medianas empresas que generan empleo.

Creo que debemos hablar con claridad y transparencia de cara a todos los chilenos.  Los candidatos para una Asamblea Constituyente los van a colocar los partidos políticos. Recordemos que en esta instancia también se pueden hacer pactos políticos que impedirán que los independientes lleguen a esta Asamblea. La izquierda tiene que hablar con transparencia a la ciudadanía.      

Hay que entender que las políticas públicas son las que garantizan los derechos sociales y no al revés, los derechos sociales no dependen de la Constitución. Revisemos lo que ha pasado con la Constitución alemana, colombiana o venezolana. Mejorar nuestra calidad de vida dependen de las políticas públicas que podamos generar dentro de la institucionalidad existente y no de redactar una nueva constitución; políticas y leyes que deben estar centradas, por ejemplo, en legislar por mejores sueldos como pensiones, educación y salud pública de calidad, entre otros.  

Podemos tener un país mejor, podemos generar cambios, pero estos cambios se pueden hacer desde el parlamento. La incertidumbre que generará por meses un cambio de la constitución no le hará bien a Chile. 

De esta manera, el próximo 25 de octubre todos los chilenos tendremos la oportunidad de definir el destino de nuestro país. Pero hoy y como siempre, debemos ir a votar de manera informada y no inspirados por los slogans de quienes buscan confundirnos. 

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